Cómo ha cambiado el amor.
De otoño a invierno pasó el tiempo,
Las viejas costumbres ahora callan,
silencios y pesares se alzan en batalla,
sin aliento, desfallecemos a migajas.
Tu cuerpo, que fue mi refugio,
hoy es un muro sin puertas.
Yo, torpe e infantil,
intento alcanzar el girasol
y fracaso, sin respuesta.
En la neblina del ayer,
mi piel aún recuerda el incendio,
ese deseo que ardía sin tregua.
Hoy, solo quedan cenizas
que no logran avivar la hoguera.
Mucha agresión que hiere la calma;
una inmadurez que rompe el alma.
Sin embargo, seguimos juntos,
atados por promesas susurradas
y realidades inciertas.
Somos náufragos, nómadas sin hogar,
aferrados a un amor que clama
por una pasión moribunda.
Aún te amo, en las ruinas de nuestro colchón.
Recordar duele, mendigar lastima,
y el deseo pesa como un fantasma
que ya no encuentra su lugar.
Copyright 2024-11-26 Alejo Fénix